Este fue uno de los momentos más importantes en la vida de Pedro, ¡qué demostración de fe! Imagínate estar allí, caminando con Jesús, el hombre de Galilea. Es un viaje largo, y te duelen los pies andar entre piedras y cardos es fatigoso, tu túnica está mojada de sudor, y hace calor. Han pasado algunos días desde que tú y tus amigos se bañaron o cambiaron de ropa. Y entonces Jesús te mira y te pregunta, ¿quién decís que soy Yo? Lo miras y ves su humanidad; notas que Su cabello está desordenado y que el borde de Su túnica está sucio… Ahora puedes comprender por qué sólo Pedro se atrevió a responder: “Tú eres el Cristo”.
Hoy, como entonces, muchos tienen ideas diferentes sobre quién es Jesús: entre los cristianos, algunos lo presentan como el Rey crucificado, clavado en una cruz con la cabeza inclinada hacia abajo, para recordar a la gente el sufrimiento de Cristo. Otros piensan en Jesús, más como un hippie, dulce y amable con todos, relajado y sensiblero, abrazando a todos, sin hacer preguntas. Hay quienes lo representan como el que controla a todos ya todo.
Por otro lado, los incrédulos que no niegan Su existencia dicen que Él fue un profeta y un maestro que, como muchos otros, le dio al mundo ciertas normas y reglas para la vida. Esta idea desafía Su deidad y muchos no se dan cuenta del efecto negativo que produce en nuestra sociedad. Decir que sólo fue un buen hombre es un insulto.
¿Cómo podemos saber con certeza quién es Jesús?
Por supuesto, llegamos a conocerlo en las Escrituras, pero no debemos simplemente tomar una instantánea de Él en los cuatro evangelios, Jesús está en cada libro de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, Él es el mismo, el Santo inmutable. Hijo de Dios, La Palabra y Sabiduría de Dios, el Ángel del Señor, el Cordero de Dios, el León de Judá, el que hará la guerra y juzgará a justos e injustos.
No olvidemos que tener nuestra propia idea (o imagen) de Dios es idolatría. ¡Jesús verdaderamente es el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios Vivo, Santo, Recto y Justo! Oro para que cada lector, al igual que Pedro, reciba la bendición de esta revelación, no de carne y sangre, sino del Espíritu de Dios.
“Bueno”, respondieron, “algunos dicen Juan el Bautista, algunos dicen Elías, y otros dicen Jeremías o uno de los otros profetas”. Entonces les preguntó: “¿Pero quién decís que soy yo?”. Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente”. Jesús le respondió: “Bendito seas, Simón, hijo de Juan, porque mi Padre que está en los cielos te lo ha revelado. No aprendiste esto de ningún ser humano.
Mateo 16:14-17